Lo que calla una mente solitaria

“¿Qué tienes?” Es la pregunta que me haces siempre, me ves cabizbaja y crees que es tu culpa… entonces te respondo con un “Nada” que apenas si logro pronunciar, pero nunca puedo convencerte, y es que me conoces tan bien que sabes cuando miento, odio que me veas a los ojos en ese momento, porque descubres todo aquello que no puedo decir, así que, desvío mi mirada e intento no pensar en todo aquello que me hace sentir mal, fallo de nuevo y las lágrimas empiezan a brotar con rapidez, y la verdad es que no puedo, no puedo decirte lo que me pasa, no puedo contarte que estoy mal y que tras esa apariencia de chica segura de la que te enamoraste, se esconde una niña aterrada que espera un abrazo de alguien a quien realmente le importe, no de su familia que ya le ha hecho tanto daño, no de sus “amigos” que solo están para pedirle favores, un abrazo de su mejor amigo, su cómplice, el que siempre ha estado ahí para ella, el chico al que tanto ama pero al que no puede demostrárselo por más que se esfuerce…

¡Perdón! Perdón por todas las veces que te he hecho sentir culpable, perdón por hacerte sentir con la obligación de estar a mi lado, perdón porque sé que te cansarás de mí y te irás, después de todo, todos lo hacen… y no te culpo, vete en el momento que quieras hacerlo, aléjate cuando ya no me aguantes, pero ¡por favor!, no te quedes por lastima…